Dejamos un coche -con anécdota incluida- en Azuebar y llegamos a Almedijar, donde aparcamos el resto e intentamos almorzar en el único bar del pueblo. Tras una espera, conseguimos por fin almorzar y una vez «calentitos» iniciamos la marcha, pues al llegarla temperatura era de 0º, es decir, más frío que calor.
Una vez en la rambla de Almedijar visitamos las dos carboneras del camino y la Castañera. ( soberbio castaño de unos doce brazos y con historia), vamos ascendiendo por el bello bosque de alcornocales hasta llegar a la casa de la Mosquera ( la cual está en un estado lamentable en su interior). La temperatura ya ha ido subiendo y se queda un día precioso, que invita a seguir caminando.
Ahora nos dirigimos al Alto del Carrascal, atalaya de 885 m. de altitud desde la cual se divisa una gran panorámica, eso sí, para llegar al punto geodésico hay que atravesar una inmensa maraña de encinas, alcornoques, etc y de abundantes restos de trincheras y puestos de la Guerra Civil. En el descenso pasamos por las Balsicas y tomando el barranco de Vidal llegamos a la rambla de Xóvar y de ahí a Assuévar donde, gracias al dueño del bar la Glorieta y a las empleadas, acabamos felizmente la excursión.
Juan Romero



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