El sábado 14 de noviembre de 2020, algunos miembros de la sección de marcha nórdica, de la Societat Excursionista de Valencia, realizamos una excursión, desde Rafelbunyol a Alboraia por la llamada vía Xurra.

El punto de encuentro fue en la estación de metro de Rafelbunyol. Final de trayecto de la línea 3 de metro que une el aeropuerto con esta localidad.  Saliendo de la estación y por detrás de las toperas, hay un monumento con una antigua máquina de tren. Esta máquina de color verde y con las letras CTFV (Compañía de tranvías y ferrocarriles de Valencia); operaba en la maniobras de la desaparecida estación del Puente de Madera. En numerosas ocasiones, la vi desplazarse por la playa de vías, distribuyendo los distintos vagones en sus correspondientes emplazamientos.

Desde este monumento, comenzamos nuestra marcha por el Camino de la Cebolla que por el polígono industrial nos llevará a la rotonda de la CV-30. En ella giramos a la derecha, comenzando allí nuestro recorrido por la llamada vía verde Xurra. En realidad, es un carril- bici, pegado a la autovía y sin ninguna señal que indique que también puede ser utilizada por viandantes. Cosa que si ocurre para los ciclistas.

Fuimos caminando unas veces por las aceras, otras por la calzada ya que ofrecía más seguridad que el carril-bici, dada la velocidad con la que circulaban los ciclistas. Así atravesamos los municipios de la Pobla de Farnals, Massamagrell y llegamos a Museros, donde realizamos una pequeña parada para almorzar.

A partir de Museros el camino cambia totalmente. Existe una pista que discurre pegada al carril-bici. Además de la seguridad que da caminar por un espacio pensado para el peatón, se une la belleza del paisaje.

La vía atraviesa los términos de Albalat dels Sorrells, Foios, Meliana, Almàssera y Alboraia. Caminamos entre naranjos, huertos y campos cuidadosamente labrados, para el cultivo de la chufa y diversas hortalizas. Campos salpicados con bonitas alquerías y pequeños palmerales.

Continuamos el camino y después de cruzar por un puente el barranc del Carraixet, llegamos a Alboraia donde finalizamos nuestra caminata.

En total son algo más de 11km, sin dificultad. Apropiado para la marcha nórdica. No recomendable entre Rafelbunyol y Museros. El resto hasta Alboraia, vale la pena recorrerlo y disfrutar del paisaje.

Ahora, permitidme una pequeña reflexión. Creo que las autoridades competentes en el cuidado y mantenimiento de las vías verdes deberían tener más presente al caminante, al senderista. Si bien en un principio, las vías verdes nacieron para uso peatonal, a caballo y en bicicleta; cuando no reúnan la anchura adecuada, deberían diferenciarlas en dos. Una para caminantes y otra para ciclistas. Al igual que no se concibe que las caballerías lo hagan al trote o al galope por una vía verde, tampoco las bicicletas deberían hacerlo a la velocidad con que lo hacen. Antes se distinguía entre bicicletas de paseo y de carreras. Hoy las bicicletas son máquinas. Están dotadas de buenos cambios de marchas que le otorgan fuerza y velocidad, lo que supone un peligro para el caminante. Tanto el ciclista como el senderista necesitan hoy su espacio bien diferenciado. De no ser así, el peatón tiene las de perder.