A pesar de la suave lluvia pudimos disfrutar del paisaje de la sierra de Espadán que nunca nos defrauda. Nuestra amiga Charo había propuesto una ruta más exigente para subir al pico Espadán desde Aín, pero como parecía que las previsiones metereológicas se estaban cumpliendo decidió hacer un recorrido más corto y comer en el pueblo.
El itinerario está señalizado por las marcas blancas y verdes del SL-CV 101 que en varias ocasiones coincide con el GR 36 y con el PR-CV 138. Bordeamos el Alt de la Costera pasando por un rincón del más puro estilo de Espadán, la font dels Llops, con mucha humedad y vegetación envolvente. Los boletaires buscaron sin éxito alguna seta comestible y el sendero cada vez más más empinado dejaba ver la zona costera y la población de Artana muy por debajo nuestro. Pasamos junto a trincheras en la cima del Alt de la Costera y la unión del rodeno, los alcornoques y las construcciones militares formaban un encantador trayecto no demasiado cómodo. Un lugar para detenerse y comprobar los escarpes que se aventuran hacia el vacío desde la ladera que mira a Eslida de una belleza espléndida. Ni siquiera la lluvia borraba la sensación de caminar por un lugar especial. Los árboles que impedían ver panorámicas amplias llenaban el ambiente de de una atmósfera brumosa sobre la que caían lenta pero constantemente las gotas de lluvia. Creo que ninguno de nosotros echó de menos un sol radiante a no ser por los múltiples resbalones sobre la tierra dorada margosa por la que casi deslizándonos fuimos bajando hasta el coll Roig. El lamentable estado del antiguo sendero semiempedrado que unía Eslida con la costa, no fue obstáculo para que pudiéramos admirar las ruinas del mismo, su inteligente trazado, y bajáramos por él con algún que otro resbalón que suele dar buen resultado para caminar despacio y observar los colores amarillentos de almeces y nogales del fondo del barranco.
Por una vez la lluvia puso más color al bosque que un cielo despejado y luminoso.
Una excursió molt meravellosa que la pluja convertí en especial.
Gràcies a Charo i a Tere gaudirem d'un formidable diumenge