¡Campos de arroz!
Los segadores,
con recias caras
de musulmanes,
van ahogando
prietas espigas.

El agua abraza
piernas velludas,
refleja el cielo
donde el sol canta
su elogio al pan
de cada día.

¡Campos de arroz!
¡Prietas espigas!
Las aguas libres
se civilizan

Por estos Campos, que el poeta Valenciano Fernando Dicenta y Vera publicara hace casi cien años, es por donde discurrió nuestra excursión del pasado sábado, 13 de noviembre.

Caminamos entre arrozales, ya segados e inundados en algunos tramos, que conservaban aun las huellas de tractores y trilladoras que habían realizado su labor de cosechar, ese arroz, tan ligado a nuestra cultura y gastronomía.

En principio, teníamos pensado hacer una excursión casi circular. Pero debido a que después de la siega, es el momento de dejar descansar a los campos y se permite la caza de aves entre los meses de noviembre y febrero, algunos de los tramos previstos, estaban cerrados por seguridad. Así que el recorrido fue de ida y vuelta por el mismo lugar.

 Comenzamos en el Portet de Catarroja. Serían aproximadamente las 9 de la mañana y el cielo estaba algo nublado. Desde el muelle del embarcadero nos dirigimos a la derecha para buscar el camí del Rey. Pasamos junto a algunos silos y construcciones dedicados al secado y proceso del arroz. Cruzamos la sèquia de las Font de la Rambleta, poco después la sèquia de Albal. Unos metros después, nos vimos obligados a girar a la derecha ya que el camino previsto estaba cortado por motivos de la caza, como he dicho antes.

 Este tramo es un camino asfaltado, conocido como el camí de la Marjal. Después de casi un km, llegamos a una nave industrial que bordearemos por nuestra izquierda abandonando el camí de la Marjal y seguimos hasta cruzar la sèquia del Comú, giramos a la derecha nada más atravesar la acequia y unos metros después la izquierda para ir en paralelo a la carretera V-31, Valencia- Alicante, ya en la población de Silla. Como se iba haciendo la hora de almorzar, al llegar al restaurante el Sequer, hicimos una parada para beber y comer un bocadillo. Después de esta agradable parada, proseguimos nuestro camino hasta alcanzar el camí del Port. En este caso el port de Silla. Una carretera asfaltada nos conducirá entre campos de naranjos, de caquis y otros cultivos agrícolas, hasta el embarcadero; donde se encuentra el club de piragüismo de Silla y da comienzo el Canal del Port que conduce a la Albufera. Hasta aquí fue la mitad de camino de nuestra excursión, la vuelta al Port de Catarroja la hicimos por el mismo recorrido que a la ida.

En total fueron unos 12km, todo en llano y terreno muy apropiado para la marcha nórdica.

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