En el monasterio de Sant Pere de Rodes en Girona se hizo en 1975 un homenaje a las poetisas catalanas en el Año Internacional de la Mujer; en esta época comenzó el reconocimiento de la existencia de las mujeres en muchos ámbitos y se abrió nuestra posibilidad de convertirnos en seres humanos con identidad propia.
En este lugar se hizo un homenaje a las poetisas como Clementina Arderiu y otras inconscientemente ignoradas por el gran público cuyo único punto de mira habian sido hasta entonces los versos escritos por poetas, o sea hombres.
Este poema de Merçè Rubiés abrió el paso a otras muchas autoras como Maria Merçe Marçal que alzaron su voz más tarde.
Inscrito en una gran roca camino del monasterio queda «La costa del Port» como una puerta recién abierta a la esperanza.
Si que és cert, una injusticia que benauradament ha pogut ser reparada, Arderiu i Marçal són dos pilars molt forts d'aquest edifici que en silenci han anat construïnt les dones al llarg dels anys. Un homenatge a elles pot ser seria llegir-les més sovint, els homes tenim molt que dependre d'elles.