CIMS PER LA IGUALTAT.
La sierra de Espadán, 19 de mayo de 2019.
Organiza la Vocalía MUJER Y DEPORTE de la Federación de Montaña de la Comunidad Valenciana.
Rafael Cebrián Gimeno
“Este proyecto surge de la idea de visibilizar y destacar la diferencia que existe, en cuanto al esfuerzo y exigencia, en el día a día de las mujeres (trabajo, familia, oportunidades, ocio…)”. Esta cita que encabeza la propuesta de la Vocalía para la excursión a Espadán, continuidad de una primera edición del Día de la Mujer con la ascensión al Benicadell, resume en la brevedad de su redacción el espíritu de la invitación a participar y motivo de amplia reflexión y compromiso.
La vertebración de la sociedad patriarcal dominante ha inducido el comportamiento colectivo en las decisiones y ordenamiento de toda índole, social, administrativo, religioso, familiar… responsable de la secular marginación de la mujer y, lo que es más grave, su situación de víctima en ocasiones de la violencia machista. La injusticia de este ejercicio de supremacía sigue activo y presente en todos los ámbitos sociales, con notorias diferencias de aplicación según países y culturas. En nuestro país, desde los primeros años inmediatos a la Guerra Civil hasta nuestros días, los logros obtenidos en la lucha y voluntad sostenida por la necesaria igualdad mujer/hombre, han sido espectaculares. No obstante, este innegable progreso, no es suficiente: el secular tratamiento discriminatorio persiste en el espacio público entorno al esforzado proyecto femenino de reivindicar su indiscutible derecho a la igualdad, una abierta lucha reforzada por masivas concentraciones que cuentan con la resonancia de un referente histórico, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
El mundo activo y social del montañismo no ha sido una excepción en este negativo comportamiento, más bien al contrario, ya que, como exigente actividad deportiva, ha sido un espacio de predominio masculino, vedado para la mujer en sus facetas más comprometidas. La participación femenina en los órganos de gobierno y organización de las estructuras sociales del montañismo, ha sido muy baja (lo sigue siendo), así como en los sectores profesionales, campos en los que, además, predomina el liderazgo masculino. El hecho de una aparente superioridad física del hombre por su mayor musculación, como cazador y guerrero, “decidía” la “inferioridad” de la mujer y su destino al ámbito del hogar, a la función de procrear sin descanso y al cuidado de los mayores. Pero este aparente determinismo biológico ha quedado descartado, y la mujer (¿El sexo débil?) ha afrontado con todas sus consecuencias el reto de la montaña de dificultad, su rigor, riesgo y exigencias físicas: los resultados ya se han visto en diferentes escenarios montañosos donde la presencia femenina, como cabeza de cordada, ya no es un exotismo. Sin olvidar que, en general, todo logro femenino, y en el orden que sea, a los obstáculos e impedimentos normales a vencer, se suman los derivados, simplemente, por el hecho de ser mujer.
La incorporación de la mujer en la administración y proyecto social de las actividades montañeras, aunque remontando el déficit, sigue siendo notoriamente baja: es de todo punto necesario que, todo aquello que en beneficio colectivo se vaya a lograr, la mujer sea parte integrante en todos sus frentes, de forma igualitaria y conjunta hombre/mujer, mujer/hombre. Que la armonía y convivencia que comporta la alegría cara a las montañas, tenga su reflejo y continuidad social en el día a día de la ciudad. Por ello, bienvenidas sean estas iniciativas y proyectos como el que nos ocupa, de la Vocalía de la Mujer y Deporte, de la FEMECV, un camino abierto de convivencia y diálogo que bien vale la pena apoyar, un camino que, paso a paso, como subir una montaña, será una contribución a un mundo mejor que a todos nos hará mejores.
Muchas gracias Rafa, por tu sensibilidad, implicación y por pronunciarte, por apoyar públicamente esta actividad y en general la actuación y objetivos de la vocalia de mujer y deporte de la Femecv. Tus palabras nos animan a seguir con más ganas e ilusión, con el objetivo de minimizar las barreras de género, y visibilizar y motivar a la mujer montañera.
Un enorme abrazo