Como hacemos todos los
años un grupo de amigos, hemos vuelto al Pirineo a subir otro tresmil, ya no sé
los que llevamos en las salidas de este grupo de amigos, aunque este año casi
nos quedamos en casa, de los once que somos, solo hemos podido ir 4 y casi ni
eso, pero ahí hemos estado.
Este año ha tocado el Garmo Negro, no tiene ninguna
dificultad técnica, pero como cualquier tresmil que se precie, es más largo que
un día sin pan.
Buscando algo de información en Internet he encontrado algo curioso en la página de Mendikat, os dejo la información que tienen sobre dicha cima:
La primera ascensión conocida a los Picos de Argualas tuvo lugar en agosto de 1791 a cargo del capitán y cartógrafo Vicente de Heredia, de quien se sabe que ascendió una cima sobre Panticosa, en la que alzo una torreta de piedras. En sus anotaciones figura como «Salva de Pondillos [sic] o Punta más alta de la Estibiecha», pero lo impreciso de sus datos hace que resulte difícil determinar cuál fue realmente la cota hollada. Se cree que ascendió por la vertiente de Sallent y posiblemente se tratase del Argualas (3.046 m.), o tal vez Algas (3.033 m.) por ser de más fácil acceso. En cualquier caso, estamos ante el primer tresmil español en ser conquistado.
El 23 de junio de 1876 el Conde Henry Russel, guiado por Jean-Marie Sarrettes y el cazador de sarrios local Pablo Belio, coronaron por primera vez la cima del Garmo Negro, «terriblemente cubierto de nieve.» Aunque Russell la denomina Pic d’Arualas, su descripción no deja lugar a dudas, se trata del Garmo Negro (3.051 m.). En su obra Souvenirs d’un Montagnard (1878) el genial Conde escribe que disparó en la cumbre 3 tiros al aire con su pistola con objeto de ser oído y visto, aunque sin éxito, por las gentes del Balneario de Panticosa, a quienes dedica la siguiente perla: «A nuestro retorno sorprendimos, por la rapidez de nuestro descenso por las grandes nieves, a los españoles de aspecto digno y orgulloso, que, en Panticosa, pasan el día entero haciendo una cincuentena de veces; delante del hotel, ¡el mismo medio kilómetro! Es cierto que tienen aspecto de enfermos, salvo en la cena. Entonces, la rapidez de sus movimientos es algo prodigioso. Sus mandíbulas parecen competir, y funcionar espasmódicamente. Es como una vibración. A pesar de su indolencia, el español está siempre agitado. ¡Que grandes palabras pomposas están inscritas sobre los Baños! «¡Inhalación, Pulverisación, Administración!!! [sic]» Desgraciadamente, me dije, al observar todo eso y a los enfermos, que triste es que una gran parte del género humano esté interesada en que el otro esté enfermo.»
La verdad, desconocía que se considera el primer tresmil, bueno, ahí queda esa información, os dejo unas pocas fotos y un vídeo gentileza de Emili.
Dia muy chulo de montaña, otro tresmil a la saca…