Con la intención de realizar  el recorrido de la senda del Molló partimos decididos el domingo hacia Quatretonda.

Tras un nutritivo almuerzo en el bar el Astur (para que nuestro compañero Manolo se reencontrara con sus orígenes) y con la perspectiva de un frío pero agradable día comenzamos la excursión.
Como una premonición de cómo iba a acabar la actividad poco a poco comenzó a nublarse y a confirmarse las predicciones meteorológicas.

Llegamos a la cumbre del Molló y continuamos el camino, tras cruzar el Pla dels Engolidors llegamos al albergue de la Bastida, en donde nos encontramos con que unos grupos de zona,  estaban preparando la comida,  para recuperarse tras el esfuerzo que estaban realizando,  plantando árboles con motivo del día del árbol.
Al poco de continuar el camino y por si no fuera bastante la fría lluvia que había comenzado a caer, nos encontramos con una placa que prohibía el paso, motivo, batida de jabalís.

Decidimos volver hacia el Pla dels Engolidors y comer en el refugio al abrigo de la lluvia.
De regreso hacia Quatretonda comenzó a despejarse y al llegar al Molló pudimos  contemplar como la nieve había blanqueado  la Safor, el Benicadell, el Montcabrer y otras sierras, por lo menos este paisaje  nos compensó las dificultades del día.

 Volveremos.

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