Después de un estupendo almuerzo en el bar de la Casella, iniciamos el camino.
Al pasar por el cercado se nos acercaron los ciervos, un día de estos nos pedirán derechos de imagen, por las fotos, que se lo tienen creído.
Con un fuerte viento y unas vistas estupendas ascendimos a l’Ouet y al Ralla, al este el mar al oeste la Serra de les Agulles.
Descendimos al Pla de Barber en donde comimos y alguno sesteó.
El retorno lo hicimos por el interior del barranco hasta la Font del Garrofer y desde aquí por la pista al bar donde habíamos dejado los coches.