Comenzamos la ruta en la agradable área de picnic del Molino Puerto en dirección al barrio musulmán de Chelva. Donde recorremos sus calles estrechas y laberínticas con trazado medieval. Visitamos una antigua mezquita y algunos rincones con mucho encanto.
Tomamos el camino hacia el primer puente, Puente del Montul. Este puente apenas se ve por sus reducidas dimensiones y estar tapado por una vegetación exuberante dentro de un barranco.
Nos dirigimos a nuestro segundo objetivo del día, Puente del Morté. Este puente realmente es un antiguo acueducto que nos hace la función de puente para salvar el barranco del Morté.
Ahora nos encaminamos hacia la estrella de la ruta, Puente de la Mozaira. Un puente medieval sobre una garganta que forma el río Tuéjar. Totalmente reconstruido.
Nos toca seguir caminando por el sendero que bordea el río Tuéjar por su orilla izquierda y que coincide con el tramo del GR 7. Después de disfrutar de bonitas vistas de la garganta del río comenzamos a bajar para buscar nuestro cuarto puente, Palanca de Olinchea. Es un pequeño puente que da acceso a la finca de Olinchea.
Seguimos caminando por encima de unas lonas negras en la orilla derecha del río Tuéjar, que han colocado para parar la proliferación de cañas. Al poco enlazamos con un sendero que nos conectara con el sendero más turístico de la Ruta del Agua.
Después de haber caminado en solitario el encuentro con la masificación del sendero turístico nos impacta. Pero aún quedan algunas cosas bonitas por ver. Siguiendo el sendero turístico nos introduce en el antiguo canal que movía varios molinos, lo que nos obliga a entrar en un túnel teniendo que sacar los frontales.
A la salida del túnel nos encontramos con un bonito bosque de pinos que nos baja hasta el área de baño llamada La Playeta. Desde aquí es fácil volver al área del Molino Puerto donde comemos al lado del río.