POR LA RECUPERACIÓN DE “EL SURAR” DE PINET Y LLUTXENT DESPUÉS DEL INCENDIO.
Rafael Cebrián Gimeno
En agosto del año 2018 un devastador incendio arrasó 3.270 hectáreas de una extensa superficie, mayoritariamente forestal, comprendida entre los términos de los municipios de la Vall d´Albaida y la Safor, Ador, Barx, Gandía, Llutxent, Pinet, Quatretonda y Rótova, con penosa incidencia en dos parajes naturales de gran valor botánico, El Surar y el Parpalló Borrell. La nueva directiva de La Federación de Montaña de la Comunidad Valenciana, inmersa en un periodo de renovación de candidaturas y apenas iniciada su andadura, asumió el compromiso de activar la recuperación del paisaje destruido, en solidaridad con las poblaciones afectadas. A tal fin, y como propuesta de concienciación, dando a conocer la zona afectada y la magnitud del incendio, el pasado 24 de marzo, tuvo lugar una excursión reivindicativa y de apoyo por la restauración del Paraje, coordinada por los ayuntamientos de Llutxent y Pinet, el Club Excursionista de Benigánim y Amics del Buixcarró de de Quatretonda. Un itinerario circular de unos 12 kilómetros, de algo más cuatro horas de marcha, con punto de partida y llegada en Pinet, que abarcaba la práctica totalidad del área incendiada, cuyo relieve, desnivelado, de fuertes pendientes y barrancos, mostraba las serias dificultades y peligros a las que se enfrentaban las brigadas en las tareas de extinción, la imposibilidad en ocasiones de lograrlo, activado y propagado el fuego por el viento y su cambiante trayectoria.
El Surar. – El paraje Natural del Surar, ubicado a 600 metros de altitud, entre los términos de Llutxent y Pinet, fue declarado el año 2005 Lugar de Especial Interés Comunitario (LIC), al acoger dos microreservas, endemismos y fauna protegida. Inmediato a su demarcación, se sitúa el Paraje Natural Municipal Parpalló-Borrell de Gandía, igualmente LIC: ambos espacios protegidos, notables exponentes de la vegetación mediterránea, pertenecen a las sierras de Montdúver y Marxuquera. El Surar, tal como el topónimo nos anticipa, alberga como distintivo más significativo el alcornocal, el más meridional de las tierras valencianas, además de otras variedades remarcables de flora. El alcornoque –la surera-, es un árbol que no es habitual en nuestras montañas: muy exigente con la humedad, se localiza en terrenos ácidos y profundos, sustratos que retengan la humedad, tal como sucede en puntos de la Calderona, el Desert de les Palmes y, especialmente, en Espadán, la mayor de nuestras reservas. En el Surar se produce la excepción a estos suelos que propician su desarrollo, con la adaptación a un sustrato calizo que ha dado lugar a un bosque con un sotobosque arbustivo de variadas especies, diferentes a las que normalmente acompañan a los alcornocales de las sierras citadas, singularidad que se explica por unas favorables condiciones de elevada humedad, precipitaciones relativamente abundantes, nieblas y desprendimientos de rocíos.
La característica más llamativa de la surera es su corteza, extraíble y explotable que se regenera y que se convierte en una cubierta defensiva. Muchos de estos árboles del Surar, dañados por el fuego, conservan el tronco vivo, defendido por la corteza que ha mantenido intacta su capacidad de renovar la cubierta. Una estrategia de autodefensa que, unida a la reconocida capacidad de la montaña mediterránea de regenerarse de forma natural, anuncia un esperanzador futuro de recuperación del preciado bosque.
A modo de observación personal: Las marchas reivindicativas y de concienciación dedicadas a parajes que, por distintas causas han sufrido agresivas y profundas alteraciones en su estado de conservación -tal como la que nos ocupa-, comportan un importante y necesario valor de divulgación del significado de la pérdida de la pureza de los paisajes y sus consecuencias medio ambientales. El deterioro del medio natural, suma gravedad al proceso en el que estamos inmersos de cambio climático, cuyas negativas consecuencias ya son una realidad en el presente y una seria amenaza para el inmediato futuro, el mayor reto al que se enfrenta la especie humana. Se hace necesario trasmitir esta preocupación y compromiso al ciudadano, más allá de nuestro ámbito social excursionista, como realidad que a todos nos afecta. En este sentido, pienso que las marchas debieran ser menos rigurosas en su recorrido y horario, a fin de captar a sectores con menos posibilidades físicas, pero cuya presencia, por su formación o especialidad, pueda ser una contribución importante. Pienso, igualmente, que la visita al lugar debe acompañarse de charlas explicativas que documenten sobre la zona, sus valores naturales, el deterioro sufrido y las intervenciones necesarias para lograr, en todo lo posible, la vuelta a las condiciones primigenias.
La vocalía de Cultura, Patrimonio y Voluntariado reunió ayer a más de 100 montañeros y montañeras en una actividad en El Surar de Llutxent y Pinet.
Con el objetivo de conocer la realidad del territorio unos meses después de los incendios de este verano, se ha querido apoyar a las poblaciones afectadas.
Colaborando con el Proyecto Fenix, han trabajado y se quiere seguir trabajando para seguir recuperando el ecosistema forestal.
Si quieres informarte sobre este proyecto y cómo colaborar en esta iniciativa, visita nuestra web y la noticia ampliada: http://ow.ly/kfcB50o8q9o
La vocalia de Cultura, Patrimoni i Voluntariat va reunir ahir a més de 100 muntanyencs i muntanyenques en una activitat en El Surar de Llutxent i Pinet.
Amb l’objectiu de conéixer la realitat del territori uns mesos després dels incendis d’aquest estiu, s’ha volgut donar suport a les poblacions afectades.
Col·laborant amb el Projecte Fenix, han treballat i es vol continuar treballant per a continuar recuperant l’ecosistema forestal.
Si vols informar-te sobre aquest projecte i com col·laborar en aquesta iniciativa, visita la nostra web i la notícia ampliada: http://ow.ly/jWB050o8q9p
Fuente del texto: FEMECV