Castell de Xivert
Ermita del Calvario – Poble de la Solivella, Cruz del Francés – Castell de Xivert – Villa Islámica de Xivert
Distancia: 7,5 km. – Desnivel acumulado: 300 m
Ermita del Calvario:
La ermita del Calvario de Alcalà de Xivert, de estilo barroco valenciano, su construcción empezó en mayo de 1727 y terminada y bendecida el 31 de agosto de 1779.
Es de planta rectangular, la bóveda es de cañón y la cúpula octogonal exterior es apuntada, la fachada data de 1751, con puerta adintelada.
Esta flanqueada por cipreses centenarios, de uno de ellos se hizo la actual imagen de San Juan Bautista que culmina la torre campanario de Alcalá.
Más información en: Wikipedia
Poble de La Solivella:
La necrópolis de La Solivella es conocida arqueológicamente por los hallazgos de enterramientos ibéricos, y materiales pertenecientes a los llamados Campos de Urnas.
Ya en 1791 aparecen cuatro urnas cinerarias conservando cenizas, huesos humanos, puntas y regatones de lanza, localizadas en Corral del Royo, zona próxima a la necrópolis que nos ocupa. Del mismo lugar proceden dos inscripciones ibéricas.
Las urnas se encontraron sujetas al suelo por cuñas de piedra. Algunas conservaban la tapadera, bien de plato, bien de orejetas, y en poco número, de losetas discoidales. Los ajuares funerarios aparecieron en el exterior de la urna, y dentro de algunas se hallaron fragmentos metálicos.
En superficie se recuperó gran cantidad de material metálico, compuesto por: brazaletes, colgantes, discos y disquitos, broches de cinturón, anillas, fíbulas, puntas de lanza, regatones, cuchillos afalcatados y un fragmento de empuñadura de falcata con arranque de hoja, dos sables y objetos de índole indeterminada.
Más información en: UJI
Creu del Francés:
La Cruz del Francés o Creu del Francés fue erigida en memoria de uno de los héroes de la Guerra de la Independencia, Antonio Cherta. En este punto nace un sendero que conduce a una zona elevada donde se ubica el castillo de Alcalá de Xivert.
La Cruz del Francés consta de la siguiente inscripción: «En este sitio fue muerto por los franceses Antonio Cherta en 17 de agosto del año 1810. En paz descanse».
Fuente: Guerra e Historia Pública
Castell de Xivert:
SITUACIÓN
El castillo de Alcalà de Xivert es uno de nuestros más bellos, completos y notables conjuntos monumentales en el ámbito de las fortalezas de montaña. Desde la atalaya de sus estéticas ruinas avizorando el espacioso valle entre la sierra costera de Irta y el territorio a poniente del montaraz Maestrazgo, la percepción del dilatado control visual afirma su estrategia sobre sobre las vías de comunicación, los asentamientos humanos cercanos y las tierra suavemente onduladas tendidas hasta el mar. Numerosos elementos de entramado defensivo y de la compleja estructura transmiten con cierta fidelidad la envergadura del sólido y armónico conjunto, lo que debió ser una poderosa fortaleza y un completo exponente de nuestros castillos de montaña.
LA VILLA ISLÁMICA DE XIVERT
Ocupa el sector norte, a pie del castillo, sobre la escarpada ladera que mira al valle, un incómodo poblado rodeado por un cinturón murado que los templarios separaron del castillo, aislándolo de sus dependencias. El nombre de Alcalá va asociado en la toponimia árabe a los pueblos fortaleza, a recintos militares con una población civil permanente en el interior de su perímetro. Con bastante frecuencia aparecen alquerías (barrios o pequeños poblados tribales) asociadas a los castillos solamente como refugio. En el caso de Xivert la conservación del poblado, fosilizado en sus estructuras por el abandono en el siglo XVII muestra la concepción urbana de un asentamiento musulmán adscrito a la poderosa fortaleza: las tareas de desescombro de estos hogares, están descubriendo el ordenamiento doméstico y los recursos de una cultura material agrícola y ganadera. Villa islámica y castillo estaban dotados de un sistema de aljibes, ante la carencia de manantiales en su ámbito o alrededores. La captación exclusiva de aguas pluviales para atender a las necesidades humanas era clave fundamental para resistir los asedios, tal como ocurría en Xivert y en todos los castillos y recintos defensivos. El agua, además de supervivencia, para los musulmanes es parte consustancial del ritual religioso.
Tras la ocupación de la fortaleza por el Temple, la población musulmana permaneció en el poblado, regida interiormente por sus estructuras sociales coránicas, jurídicas y religiosas, dentro del marco de las exigencias feudales, arbitradas por las condiciones de rendición pactadas por cartas puebla en 1251 y que los templarios siempre respetaron. La permanencia de los vencidos en aljamas y los poblamientos con colonos cristianos, va tejiendo sobre el escenario de conquista, el mosaico de los nuevos territorios adscritos a nobles, hombres de armas y estamentos religiosos. Su entramado fue el soporte que configuró la creación del Reino de Valencia. La demografía de la Corona de Aragón era incapaz de substituir con pobladores cristianos los vacíos de una total expulsión, y de ahí la pragmática conveniencia real y señorial, que opta por retener en vasallaje a la multitud campesina autóctona, sometida a la tierra con arreglo al rígido modelo feudal, como fuerza de trabajo y soporte de la productividad a cambio de conservar la singularidad cultural, religiosa y cierto autogobierno, concesiones interesadas que no albergaban razones humanitarias.
Con la extinción del Temple por bula papal, Xivert pasó a la nueva Orden de Santa María de Montesa en 1319, heredera del inmenso legado templario que dio origen al mítico Maestrat. Continuadores de la política de sus predecesores, siguieron respetando y manteniendo los acuerdos de la carta puebla. En 1609 el decreto de expulsión termina de forma traumática y férrea la larga permanencia de los musulmanes en España, que, desde la conquista cristiana, sobre artificialmente incrustados en una sociedad hostil e intransigente, como cuerpo social sojuzgado y aculturizado. Los moriscos de Xivert parten en contingentes custodiados por sodados a Vinaròs, donde embarcan hacia inciertos destinos norteafricanos.
En 1616 un acta de constitución para nuevos pobladores de Xivert, lleva familias de colonos a ocupar las desiertas casas y tierras bajo el castillo. Pero el intento repoblador fracasa totalmente y en 1632 queda definitivamente abandonado por los campesinos que desertan progresivamente de un medio de montaña, de secanos poco productivos, sin agua, que pervive sólo a expensas de la providencia pluvial. Siendo el mismo medio que sostenía en otro tiempo a una comunidad musulmana, cabe una reflexión sobre su productividad, su austeridad, o, lo que parece más probable, la ausencia de otras alternativas.
Fuente: Libro Los Castillos de montaña den la Comunidad Valenciana de Rafael Cebrián