Extensos olivares del Territorio de la Sénia (Tarragona) concentran el mayor número de olivos milenarios del mundo: 4.444 olivos contabilizados, repartidos entre 18 municipios. En un amplio sector de monocultivo de Ulldecona, “el mar de olivos”, tiende un apacible paisaje histórico de sugestiva belleza y simbolismo: robustos árboles de retorcidos troncos, quebrados y heridos por el rigor de la intemperie de siglos, muestran, en múltiples y caprichosas esculturas, su resistencia ante el implacable devenir del tiempo. Algunos ejemplares, dos veces milenarios, son mudos testigos del paso de las legiones romanas… ¡y, siguen dando fruto¡ con el que se elabora un dorado y perfumado aceite. No existe otro árbol que haya rendido tanto al hombre como el olivo, venerado por egipcios, griegos, fenicios, romanos y árabes. Símbolo de paz, de vida y fecundidad.
 
Hay un recorrido senderista de varios kilómetros por el interior de los olivares, señalizado y documentado con paneles explicativos que permite contemplar y comprender los árboles más longevos y de arquitectura más llamativa. La Generalitat de Catalunya protege este singular y excepcional patrimonio, como Museo Natural de Olivos Milenarios, gracias a convenios de custodia con sus propietarios, responsabilidad compartida que ha salvado del saqueo a que estaba sometido este valioso legado de la agricultura del Mediterráneo, vendidos los árboles como elementos ornamentales de jardines, allí donde su presencia, sin el paisaje cultural que les da vida, es, meramente, un antojo de ricos. Recordemos la película El olivo, que de manera tan inteligente y emocionada, expone la problemática, cultural y social, de estos notables monumentos naturales.
 
El aceite ha sido, junto con el trigo y la vid, el sustento y símbolo de la cultura mediterránea, inseparable de su gastronomía y uno de los principales componentes de la Dieta Mediterránea, distinguida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
 
El Territorio de la Sénia agrupa 26 municipios: 14 de la Comunidad Valenciana, 9 de Catalunya y 3 de Aragón
 
Recuerdo de una visita que hicimos en la pasada Semana Santa con Rosa Laparra, que nos llevó a Palmira, y al que suscribe estas líneas, por estos parajes, entrañable historia del hombre y la tierra. Además, estuvimos en el encantador pueblo de Bel y en el Boixar, que nos llenaron de nuevo el espíritu de imágenes y sentimientos de la incomparable Tinença de Benifassà. ¡Ah, y de paso hacia las altas tierras, visita a Benavites y su torre medieval; a Mascarell, el único municipio amurallada de nuestras tierras y el histórico y monumental municipio de Sant Mateu.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *