El último sábado, a la vez último día del mes de noviembre; un grupo de la sección de marcha nórdica, nos desplazamos a la Comarca del Alto Palancia, al sur- oeste de la provincia de Castellón. Para realizar una excursión por la vía verde de Ojos Negros.

     Desde la antigua estación de Torás-Bejís emprendimos nuestra caminata para hacer una ruta circular. En total, algo más de 12 km. Podemos clasificarla de baja dificultad técnica para iniciados en este tipo de actividad.  Y con un desnivel aproximado de descenso de 180 metros hasta el apeadero de Masadas Blancas. Y el mismo desnivel de subida, hasta el lugar de partida.

     Iniciamos la marcha desde la parte trasera del edificio, en mal estado y sin uso, de la antigua estación. Caminamos los primeros metros por una pista de tierra paralela a las vías del ferrocarril de adif-renfe, que quedaban a nuestra izquierda.  La pista se aleja de las vías del tren y transcurre entre pinos, encinas, matorrales y campos de almendros. No dejaremos de ver, tanto a la ida como a la vuelta, un parque eólico; con las aspas de los aerogeneradores ya quietos, ya en movimiento, según la fuerza del viento.

     La pista, poco después la abandonamos girando a la izquierda y caminamos entre dos campos de almendros, hasta toparnos con la vía del ferrocarril, que atravesamos. Unos metros después, cruzamos la vía verde por la que regresaremos más tarde. Y seguimos una pista forestal que discurre por una bonita pinada. Al rato y a la derecha, en el sentido de nuestra marcha, podemos divisar desde arriba el viaducto ferroviario y paralelo a él, la vía verde, que ambos se pierden al penetrar en sendos túneles, sobre cuya superficie montañosa estamos caminando.

      Ahora la pista va descendiendo, volvemos a encontrarnos con el trazado ferroviario que queda a nuestra izquierda y a nuestra derecha podemos contemplar el amplio valle del Palancia. Después de unos 15 minutos, llegamos a la fuente del Ragudo. Bonito paraje donde almorzamos sobre unos bancos y mesa, hechos con tablones de madera. A pocos minutos está el apeadero de Masadas Blancas que no está operativo. Seguimos por detrás del apeadero y cruzamos por debajo de la carretera CV-209. Unos metros después, atravesamos las vías del ferrocarril y alcanzamos enseguida la vía verde. Tomamos ésta a la izquierda, para regresar hacia el punto de partida. Estamos a unos 6 km.

     Ya en la vía verde, volvemos a cruzar bajo el puente de la cv-209. El camino va atrincherado y pronto atravesaremos el primer túnel de los cuatro que vamos a encontrar. Este es, de algo más de cien metros y se encuentra iluminado. Como es de trazado rectilíneo se devisa la otra boca de salida. Continúa el camino encajonado entre dos muros sobre los que se elevan pinos y matorrales. Atravesaremos dos túneles más, estos más cortos y sin iluminación artificial, hasta llegar al cuarto y último de nuestro recorrido. Es el de mayor longitud de los cuatro y hace una curva a la izquierda en el sentido de nuestra marcha. Este, como el primero también está iluminado y es el túnel, sobre el que como dije anteriormente, caminábamos por la pista forestal y perdíamos de vista los trazados ferroviarios.

     Nada más salir del túnel podemos ver a nuestra izquierda el viaducto de cinco arcos que la línea de ferrocarril de Valencia a Zaragoza utiliza para salvar un importante desnivel. Esta línea ferroviaria y nuestra vía verde, (antigua vía de ferrocarril para bajar el mineral de hierro de las minas de Ojos Negros de Teruel, a los altos hornos del puerto de Sagunto) transcurren en paralelo y muy próximas entre sí.

     Seguimos nuestra marcha y vemos otro puente, este de solo un arco, para que el tren pueda salvar un barranco. Pasamos entre pinares, más campos de almendros. Volvemos a ver el parque eólico, ahora sí, con sus aspas en movimiento continuo.  Se vuelve a encañonar el camino y entre sus paredes y los abundantes pinos, que con el tiempo han ido invadiendo el terreno, abandonamos la vía verde. Para ello, tomamos una salida que hay a la izquierda. Pasamos por un pequeño túnel bajo los raíles del tren, llegando a la estación de Torás-Bejís.

Fin de nuestra excursión.

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