El sábado 1 de octubre  la sección de marcha nórdica realizamos una agradable ruta de unos 10 km de recorrido y 283 m de desnivel en esta localidad de la Vall d’Albaida, teniendo como guía a Ximo Tormo.

Atzeneta d’Albaida es un municipio de unos 1.100 hab, en su entorno natural destaca al sur la sierra de Benicadell y al norte la Vall d’Albaida. Localidad de origen árabe cuyo topónimo hace referencia a la tribu bereber de los zenetas. Este pasado morisco  aún perdura hoy en día en numerosos aspectos a destacar la “Sèquia del Port” obra hidráulica  que rodea el pueblo  por el oeste y abastece de riego al mismo, creando una de las muestras de arquitectura de este tipo más significativas de la comarca.

De la mano de Ximo Tormo del Club excursionista d’Atzeneta y sus amigos, nos hizo un inestimable recorrido histórico en el antiguo lavadero , hoy museo de las Artesanías. La gran importancia que tuvo la fundición de campanas de la marca de fama nacional e internacional “Roses-adzaneta”,activa hasta los años 70. Las campanas  en palabras de Ximo son “un vecino más”, cada una con su nombre, y cada toque, un lenguaje que  comunica e informa a todos sin distinción y al momento. Sonido que es patrimonio a recuperar y a volver apreciar. Los oficios de “esparters i picapedrers” también fueron muy significativos. Hoy en día se rememoran en la “fireta” como ocasión de no perder las tradiciones. Ximo destacó en varias ocasiones la importancia del papel de la mujer tantas veces ignorado u oculto en el día a día y en la historia.

A continuación disfrutamos de la  “Ruta dels llavadors”, que nos lleva a una época de mujeres afanosas en el lavado de la ropa, muchas veces en compañía, haciendo de aquella dura tarea momentos de encuentro, confidencias, alegrías,… y en palabras del siglo XXI de “sororidad”.

El paseo nos llevó hasta la ermita del Santísimo Cristo de la Fe, de gran devoción en Atzeneta, y aún pudimos pasar a ver a su “Morenet”. Las fiestas de septiembre se prolongan durante varias semanas, destacando en las fiestas de moros y cristianos, la filada “dels Rabosers” en memoria  del histórico momento en que las tropas francesas en la batalla homónima vencen a los civiles armados de la zona.

La ruta a las afueras  nos descubre campos, acequias, las ruinas del antiguo monasterio de Santa Ana, y  el nacimiento desde donde parte la «Séquia del Port» justamente bajo el puente de la autovía, luego seguimos camino hasta llegar de nuevo al pueblo.

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